“Somos pocas las actrices argentinas que trabajamos en Broadway”.

Nació y se crió en Haedo y a los 28 años –luego de haber hecho un co-protagónico en la calle Corrientes junto a Liz Solari– decidió irse a Nueva York. La historia de Valeria Llaneza, la chica que estudió con Julio Chávez y hoy la rompe en los Estados Unidos.

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– ¿Cuándo nació ese deseo por la actuación?

– Es una pasión que tengo desde muy chica. En casa siempre se celebraban las Fiestas de fin de año y entre toda la familia éramos... ¡Casi cincuenta personas! Ahí mis abuelos Esperanza y José por el lado de mamá Mónica, y Natividad y Ramiro por el lado de papá Virgilio; cantaban y bailaban. Con mi hermano Rodrigo (hoy 32), mis primos y yo, improvisábamos trajes y actuábamos. Tenía 5 años y me empezó a enamorar la idea de ser actriz.

– ¿Empezaste a estudiar desde muy chica?

– Increíblemente, no. Cuando estaba en quinto grado de la escuela primaria me anoté en Karate-do y estuve 10 años practicando ese deporte. Me iba muy bien, llegué a ser cinturón negro y estaba a punto de hacerlo de manera profesional, hasta que mi tía Isabel me acercó un folleto de una escuela de teatro.

– ¿Podemos decir que tu tía te cambió la vida?

–Sí, no sé qué hubiese pasado si ella no me incentivaba a estudiar. Lo concreto es que fui a la primera clase de Comedia Musical en B’Way en Haedo y desde ese día supe que eso era lo que quería hacer el resto de mi vida.

– Empezaste teatro a los 16 años, una edad donde muchos chicos creen que ya es tarde para arrancar. Sin embargo hoy estás trabajando en Nueva York. ¿Cómo siguieron tus estudios?

– ¡Nunca es tarde para estudiar! Es lo primero que te puedo decir. Y en aquella primera escuela de Haedo me perfeccioné hasta que terminé el colegio secundario. Luego estudié Dirección Teatral en la Universidad de Palermo, y después me pasé a la Del Salvador, donde me recibí de Licenciada en Arte Dramático. En paralelo hice canto particular, danza, tap, y teatro con Julio Chávez.

– ¿Cómo fue estudiar con semejante profesional?

– Para mí fue una experiencia hermosa. Me encantó trabajar con él. Como además de actor es director, aprendés mucho a su lado. Le llega al alumno de otra manera y arma grupos en los que todos tienen que trabajar, y mucho. Lo considero un gran maestro.

– Contanos la experiencia de pasar del teatro under a hacer un co-protagónico con Liz Solari en Calle Corrientes.

– Fue maravilloso, porque además de hacer temporada en las vacaciones de invierno 2008 en el Teatro Opera, iniciamos después una gira por varias provincias de la Argentina y también en el exterior.

– ¿Cuál era tu papel en esa obra?

– El de la reina en el musical infantil Barbie Live, las aventuras de las princesas. Empecé a sentir que comenzaba una gran carrera como actriz. Mucho más después del éxito por México y Perú.

– Sos la primera actriz que consigue un papel importante y después de una gira internacional se baja para irse... ¡a estudiar de nuevo! ¿En algún momento dudaste?

– ¿Estás diciendo que soy una obsesiva del estudio? (risas). La verdad, nunca dudé de venir. No me arrepiento, porque ésta es la vida que siempre quise. Gracias a esa decisión cumplí el sueño de vivir en Nueva York y trabajar en sus escenarios.

– Hablanos de tu experiencia de llegar a esa gran ciudad con 28 años.

–¡Fue durísimo! (carcajadas). Vine a hacer un postgrado en Comedia Musical. Me levantaba a las seis de la mañana y me dormía a las doce de la noche. Eso durante un año y medio. No sólo estudiaba: también trabajaba como asistente en las obras de teatro que se realizaban en la facultad. Quería aprender todo, era un nuevo lenguaje y no podía perder la oportunidad. Mirando hacia atrás, valió la pena cada ensayo, cada trabajo, cada materia y profesor, porque de ellos aprendí a elevar mis cualidades artísticas llevándolas a otro nivel, mucho más profesional, genuino y verdadero.

– Hoy en Argentina, por la profunda crisis y recesión económica que vivimos, son miles las personas que piensan irse a probar suerte en otro país. ¿Qué les podés transmitir?

– Les puedo decir que es una experiencia hermosa, pero también muy dura. De un día para otro estás viviendo en una ciudad que no conocés, no tenés familiares, pocos amigos.

– ¿Qué consejo les darías a aquellos que quieren hacerlo pero no se animan?

– Antes de irse a otro país hay que pensar dónde van a vivir y dónde van a estudiar. Y ser conscientes de que no es una decisión que se puede tomar de un día para otro. Pero si lo hacen con responsabilidad y le agregan sacrificio, la experiencia es maravillosa. Nunca hay que renunciar a los sueños.

– ¿Cómo fue ser actriz en época de pandemia, con todos los teatros cerrados?

– A causa del coronavirus se paró todo, pero el encierro no me detuvo y decidí hacer obras y lecturas virtuales por streaming. Lo bueno es que durante toda esta etapa seguí trabajando en varios proyectos.

– ¿Cuál fue el papel más trascendente que hiciste como actriz?

– Cada personaje y cada obra que me tocó interpretar fue importante y tuvo algo especial. En cada proceso encontré desafíos, dificultades y logros. En resumen, hice un poco de todo, pero no podría destacar uno en particular.

– ¿Qué es lo que más extrañás de Argentina?

–Todo. La pandemia hizo que nos replanteemos y pensemos mucho en los familiares, en los amigos... La modalidad que encontramos es hacer reuniones familiares vía zoom, así tienen la oportunidad de verme actuar virtualmente. Agradezco la familia que me tocó... (hace un largo silencio y sigue), siempre me apoyan en todo y la distancia no les impide estar presentes.

–¿Te gustaría volver a actuar en nuestro país?

–Sí, la idea que tengo ahora es poder viajar y trabajar un par de meses en Argentina y el resto en Nueva York. Esta semana, luego de algunas entrevistas que hice, algunos productores me llamaron para tener una primera conversación. Ojalá que pronto me llegue la oferta que me seduzca para volver a mi país, aunque sea por unos meses.