"TRíPTICO, el mar que habito" de Marcelo Roitman.

La obra comienza con 3 confesiones de un mismo homicidio, y con el transcurrir de la obra vamos descubriendo qué circunstancias rodearon a los protagonistas de esta historia que los llevó a creer que, solo uno de ellos, es el autor este crimen; pese a ello, la historia, sin dejar de ser trágica, no profundiza completamente en lo dramático.
Los tres amigos descubrirán - o se permitirán descubrir - las cosas que los unen, que son mucho más que el mero hecho de ser amigos.
Tríptico reúne las características de esas obras que mezclan el tiempo presente con el tiempo pasado, por momentos casi imperceptiblemente; que compromete al espectador a aceptar las convenciones propias de este tipo de espectáculos que, en cada escena, se van acercando más a lo real o a la realidad que “viven” los personajes.
Con un lenguaje coloquial, y actual, los protagonistas cuentan esta historia que está dividida en tres, pero es una sola.
Una obra que es un relato en sí por la sumatoria de las escenas y no por lo que pasa en cada una de ellas en forma separada. Nada de lo que ocurre en Tríptico está separado o fragmentado; todo es parte de un todo y al final se descubre una única realidad.
Tríptico es una de esas obras que si uno descubre de qué se trata necesita que los protagonistas “se lo digan” durante el transcurrir de la obra, y si no lo descubre, es necesario volver a verla para entender las cosas desde otro lugar.Mirá

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