En diálogo con Télam, el director explicó los motivos que lo llevaron a hacer el documental y señaló que una de esas razones fue que quedó "fascinado" con el universo que Stupía desarrolla en sus dibujos y pinturas.
-¿Quién es Eduardo Stupía y qué importancia tiene su obra en el panorama del dibujo y las artes plásticas de la Argentina?
-Aunque Eduardo Stupía es el protagonista del documental, su condición de artista es tan compleja y profunda que todavía no podría afirmar con una certeza ineludible quién es él. Lo que sí puedo decir con total convicción es que es un artista cuya obra y estética me resultó cautivante desde un primer momento y eso fue lo que de alguna manera impulsó la realización de esta película.
-¿Cuál fue el disparador o el punto de partida para hacer esta película?
-Justamente, el disparador fue la propia obra de Stupía. Nosotros no nos conocíamos personalmente, pero por azar nos cruzamos por otras cuestiones y pude conocer su taller y verlo trabajar. Por supuesto quedé fascinado por ese universo y rápidamente le propuse comenzar a hacer un registro de ese espacio y del modo en que él trabajaba, sin saber muy bien a dónde iba a ir a parar ese material…
-¿Además de la persona y la obra de Stupía, qué otros temas aborda la película y de qué manera los encaraste?
-Más que la persona y la producción en sí, la película hace foco en el espacio en el que nacen sus obras. Dentro del taller hay una acumulación de materiales muy diversos y eso me fue llamando mucho la atención con el correr de los días de grabación y fui comprendiendo poco a poco que esa acumulación iba tomando distintos órdenes e incluso se iba convirtiendo en parte de la obra, por ejemplo de los collages… Ahí me di cuenta que efectivamente había interrogantes como para poder profundizar y a partir de eso fui detectando que había una película posible dentro de ese taller, más allá de la fascinación que a mi me generaba todo eso.
-¿Pensaste en alguna estética en particular a la hora de escribir, filmar y montar la película?
-La película no tuvo etapa de escritura. O mejor dicho, se fue escribiendo en el hacer, no en papel. Nunca hubo ni guión, ni escaleta, ni nada parecido. Mediante la grabación y la edición, el armado de la película fue sucediendo. Y en ese proceso de grabar e ir viendo el material se iba conformando cierta estructura o cierta aproximación al tema de la película. Incluso se hicieron otras entrevistas que fueron descartadas porque no encontraban resonancia con el resto del material.
Es por eso que Baratta considera que tanto Cecilia Brück como Nicolás Aponte son co-guionistas de la película, ya que -según dijo- "entre los tres le fuimos dando forma a lo que hoy es 'Intemperie'. Quizás en distintos momentos e incluso con distintos puntos de vista respecto de qué hacer o qué caminos abordar".
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