Tras el encuentro de más de una hora y 45 minutos -récord que superó los 55 minutos de audiencia con Raúl Castro del pasado 10 de mayo- la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le regaló al papa Francisco un cuadro del artista plástico argentino Eugenio Cuttica en homenaje al obispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 en su país por su compromiso con los pobres y que fue beatificado este año por el sumo pontífice.
Después de la reunión que mantuvieron en una Sala del Aula Paulo VI, la mandataria también le obsequió al Papa un ejemplar del libro del pensador Alberto Methol Ferré, "Los Estados Continentales y el Mercosur", una copia del Martín Fierro, un libro sobre el patrimonio arquitectónico argentino, dos bajorrelieves (uno de la Virgen de Luján y otro con un retrato del pontífice) y una canasta con productos nacionales.
"El Papa está muy preocupado por lo que pasa en el mundo y América Latina es una región que se ha consolidado como una región de paz, en la que no hay diferencias étnicas ni religiosas. Y eso es lo que él acaba de venir de ver en Sarajevo, que es casi la contracara de lo que pasa en nuestra región. Es eso lo que debemos conservar como valor y la unidad, con nuestros matices", pidió Cristina.
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