El operativo de rescate finalizó ayer a la medianoche, cuando efectivos de la Policía provincial, Bomberos, Gendarmería y Defensa Civil lograron trasladar a un lugar seguro a Pablo Gómez, de 27 años, quien había sufrido una caída y presentaba lesiones en una pierna y en la cabeza.
Gómez fue llevado en “estado de conmoción” y “deshidratado” al Hospital Regional Ushuaia, donde permanece internado en observación aunque con pronóstico de recuperación “muy bueno”, confirmaron a Télam fuentes oficiales.
“Rosko se separó del grupo unos 800 metros, siguiendo un rastro en medio de la oscuridad y en un terreno escarpado y repleto de rocas filosas. De repente comenzó a hacer círculos alrededor de un sitio y empezó a llorar. Para mí era una señal inequívoca de que lo había encontrado”, relató a Télam Jonathan Gabriel Corales, entrenador del perro sabueso perteneciente a la Asociación Civil Escuela Canina de Catástrofe.
Corales agregó que “cuando nos acercamos y confirmamos que se trataba del chico perdido, se mezclaron todas las sensaciones: angustia, alegría, tensión. El perro seguía llorando y quería lamerlo. Enseguida comenzamos a evaluar su estado. Fueron cinco minutos inolvidables”, recordó.
Por su parte la madre del joven extraviado, Marcela Grecco, admitió haber vivido “horas desesperantes” desde que subió al avión que la llevó desde Buenos Aires a Ushuaia ni bien fue informada sobre el incidente, hasta que una comitiva de efectivos policiales llegó al hotel donde se alojaba, ayer a la noche, y le avisó que habían encontrado a su hijo.
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